La provincia canadiense de Ontario invertirá 100 millones de dólares en los próximos 3 años, en una estrategia a largo plazo para poner fin a la violencia contra las mujeres indígenas. La mayoría de esos fondos serán dedicados a la asistencia para las familias.
Como señala el propio gobierno provincial, “las mujeres nativas tienen 3 veces más posibilidades de padecer violencia y de ser asesinadas que el resto de mujeres”, situándolas en un primer nivel de vulnerabilidad
Según la primera ministra provincial, Kathleen Wynne, la violencia no constituye un problema que incumba sólo a un grupo social, sino que es una situación que toda la provincia debe enfrentar.